Capítulo 393

—Hmm, pero no es necesario bañarse cada vez que uno se lava el cabello.— Sus palabras me hicieron reír. —Como quieras, pero apúrate a bañarte, o saldrá el sol.— Lo empujé rápidamente hacia el baño, temiendo que si se tardaba, él también me arrastraría. A primera vista, Adrián parece indiferente y ascético, sin interés en las mujeres. Sin embargo, ahora sé que una vez que este hombre se involucra en el sexo, es como una inundación que no se puede detener. Fue a ducharse y yo comencé a limpiar la mesa, un hábito que mis padres me inculcaron desde pequeña: limpiar los utensilios usados. Todavía no había terminado de limpiar la cocina cuando sonó el timbre. Al principio pensé que estaba escuchando mal, que era el timbre de otra habitación, pero a medida que el timbre sonaba, supe que era el de mi habitación. ¿Quién podría ser a estas horas? Me sequé las manos con una toalla de papel y fui a la puerta, dudosa. Aunque Adrián estaba en casa, todavía tengo la costumbre de pregunt