Capítulo 364

—Morir es acabar con todo. Salvador observó que Mónica no estaba bromeando y retrocedió un paso:—Tú... está bien, esperaré un poco más. Si necesitas algo, no dudes en buscarme. Cualquier cosa que me pidas, te aseguro que lo resolveré. Dijo esto mientras miraba a Mónica varias veces, cada vez con más agrado. Esa mujer no solo era hermosa, sino que también tenía una actitud fría y altiva que lo cautivaba profundamente. Solo una mujer como ella podía estar a su altura. Mónica, al notar su mirada, se irritó por dentro, pero no mostró su enojo y se dio la vuelta para entrar al edificio. Salvador, al ver esto, agitó la mano:—En un par de días te volveré a ver. La observó hasta que desapareció de su vista, luego volvió a subirse al coche. Ya dentro, el guardaespaldas comentó:—Presidente Salvador, lo que ocurrió hoy no es propio de usted. Salvador asintió:—Si hubiera sido antes, habría hecho que esa mujer se arrodillara ante mí. Rogando por mi favor. Hoy... la verdad es que me he ab