Capítulo 81
Él estaba a punto de tomar a María en brazos, pero ella lo detuvo con un hilo de voz. —No hace falta apresurarse... ya está todo bien...
La voz de María era débil y sin fuerzas. Al terminar de hablar, dejó caer en el suelo el bulto que llevaba entre sus manos y añadió: —La bomba... la desactivé.
Su voz fue muy baja, pero aun así llegó a oídos de Carmen, que estaba no muy lejos.
Ella apretó los dientes con odio: ¡¿cómo podía esa mujer aferrarse tanto a la vida?!
Alejandro quedó atónito al escuchar que María había desmontado la bomba.
Su mirada, oscura y profunda, se posó sobre ella, y tardó mucho en pronunciar una palabra.
María recordó de pronto a Carmen y a Javier, y murmuró en voz apenas audible: —Hay algo... que quizás no le interese a usted, señor Alejandro... pero creo que aun así debería saberlo.
—Basta.
Alejandro la interrumpió. —En tu estado actual, no sigas hablando. Primero iremos al hotel para que te limpies toda esa suciedad. En cuanto a lo demás... yo sabré qué hacer.
Su p

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