Capítulo 1428

En este mundo, cada uno quedó abandonado a su suerte y la mayoría optó por jugar a lo seguro por encima de todo. Lucille entendió esto, pero inevitablemente la dejó con una sensación de frío por dentro. En el pasado, siempre prestaba ayuda cuando podía, aferrándose a la creencia de que cualquier ayuda era algo bueno. Esta creencia le había causado algunas palizas severas anteriormente, una tan grave que casi recibió un corte. Cuando ella y su madre necesitaron ayuda, nadie apareció. La confianza en la humanidad fue difícil de ganar. Annabelle era bastante bondadosa. Felicia tenía más o menos la misma edad que Lucille. Cualquier madre odiaría ver sufrir a su hija. No era como si tuvieran otra protección que la de José. ¿Cómo podían sobrepasar sus límites y pedir más? Para su sorpresa, Felicia reprimió un sollozo y cayó de rodillas, suplicando: "Señora Annabelle, Lucille, por favor, ¡llévenme con ustedes! No quiero quedarme más aquí. ¡Creo que podría terminar muriendo si lo hago!" La cal