Capítulo 35

Alexia y Jonas se encontraban de pie frente a una puerta en un largo pasillo. Ella miró a su alrededor antes de saltar a sus brazos, y enseguida él extendió sus manos para rodearla, pero entonces ella se alejó y rápidamente trató de girar la manija de la puerta. No se abrió y ella le dirigió una mirada interrogante, a la cual él respondió con un movimiento de su cabeza y una sonrisa, diciendo: “Se necesita tu huella dactilar para entrar”. Alexia se rio y colocó el pulgar en la cerradura de seguridad. Se apresuró a entrar en cuanto se abrió la puerta, encontrando un salón enorme, en el que cabían tres habitaciones. Todo estaba pintado de blanco, incluida la decoración. Inmediatamente se precipitó hacia los enormes sofás, tan grandes como camas, y se lanzó sobre el blanco, cuyo soporte estaba hecho de vidrio. Luego levantó la vista y, sorprendida, se miró en el espejo que decoraba el techo. A continuación se incorporó bruscamente y miró a Jonas, para decirle con expresión de satisfacción