Capítulo 68
—¡No te rías!
Al ver su sonrisa, Javier pareció enfurecerse y comenzó a golpearla con puños y patadas.
Lourdes se encogió, soportando la paliza.
Poco a poco, comenzó a perder la conciencia.
Cuando el aliento de la mujer se volvió débil, Javier finalmente se detuvo, jadeando con fuerza.
—Hoy no vas a escapar. ¡Será mejor que hagas lo que te digo!
Lourdes, medio inconsciente, seguía luchando por instinto.
—¡Si logro salir de aquí, no te lo perdonaré jamás!
Un fuerte "¡pa!" se escuchó en el aire.
Apenas terminó de hablar, Javier le dio una cachetada.
—¡Zorra!
El golpe le dejó los oídos zumbando y la vista nublada.
En medio del aturdimiento, pareció ver a alguien irrumpir en la habitación y lanzar a Javier al suelo.
Sintió que alguien la levantaba con cuidado, y escuchó una voz cercana que gritaba:
—¡Señor Roberto!
Lourdes volvió a despertar más tarde. Tenía los ojos tan hinchados que apenas podía distinguir dónde estaba.
—Por fin despertaste.
La voz de Valeria se escuchó junto a su oído,

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