Capítulo 85
Lourdes miró la espalda del hombre que se alejaba, con una leve contracción en la comisura de los labios.
Ese hombre era la personificación de lo artificial y orgulloso.
Cuando Roberto abrió la puerta, Valeria se abalanzó tambaleándose hacia adentro.
—Perdón, perdón...
Valeria se levantó y se disculpó.
Pero al levantar la vista, el hombre ya se había marchado, dejando a ambas mirándose sin saber qué decir.
Al ver la expresión de amargura de ella, Valeria la abrazó de inmediato.
—No pasa nada, seguro que en el futuro conocerás a alguien mucho mejor...
Lourdes reaccionó y se soltó del abrazo.
—¿De qué estás hablando?
—¿No estaban ustedes discutiendo justo ahora?
—Sí, discutimos.
—¿Y entonces... Ustedes terminaron?
—No fue así. —Lourdes extendió las manos.
Al oír esa respuesta, Valeria se mostró algo sorprendida.
—Bueno, si todo terminó bien, entonces perfecto. Voy a pasar al cuarto de al lado a ver a Alberto, creo que también ya despertó.
Mientras hablaba, dejó una bandeja de comida y se

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