Capítulo 200 Respeto
¿Esa era la expresión que tenía frente a Sergio?
Sergio se acercó y la vio absorta mirando el teléfono. Con tono frío preguntó: —¿Qué estás mirando?
Mónica escuchó su voz, volvió en sí de inmediato, apagó el teléfono con rapidez, levantó la cabeza y sonrió levemente: —Nada, no estaba viendo nada.
Los ojos de Sergio destellaron ligeramente. Se sentó en la silla junto a su cama, la miró y preguntó con voz grave: —Escuché que mi hermano mayor te dio dinero. ¿Por qué no lo aceptaste?
Mónica se quedó algo sorprendida, apretó ligeramente los labios y habló despacio: —El tío Javier me dio dinero porque temía que yo divulgara lo de Pablo y la policía. Temía que eso lo perjudicara. Fue para callarme. Esta vez acepté dejar que Pablo saliera, en parte porque una vez me salvó, y también por consideración a usted.
—¿Hmm?
Sergio arqueó ligeramente las cejas. Sus oscuros ojos la observaban con un atisbo de duda.
—El tío Javier y tú son hermanos de sangre. No quiero que se peleen por mi culpa.
La mira

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