Capítulo 80
—Tengo algo que decirte.
Carlos y yo intercambiamos miradas y, después de que el personal médico se retirara, nos acercamos a la cama.
El guardaespaldas cerró la puerta suavemente y se quedó fuera.
La voz de Alicia sonaba ronca, probablemente por no haber bebido agua en más de un día: —Señorita María, lamento lo ocurrido con Sofía.
La tranquilicé antes de que pudiera continuar: —Ya estoy al tanto. Sebastián y Alejandro han sido arrestados, y mañana dejaré Pueblo del Valle.
Observaba su expresión mientras hablaba.
Como esperaba, vi miedo en su rostro.
Eventualmente, Sebastián sería liberado, y ahora ella estaba gravemente herida en el hospital, sin saber cuándo podría recuperarse.
En ese momento, la única que estaría en peligro sería Sofía.
Le pregunté a Alicia: —¿Tienes algo más que decirme?
Alicia, con la mano vendada, se aferraba con fuerza a las sábanas. Su cara estaba envuelta en vendajes, dejando visible solo un ojo y la boca.
No respondió a mi pregunta directamente, sino que cont

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