Capítulo 1872

Ahora ella desea ver a Bernardo otra vez. Pero había pasado más de un mes y, no importaba cómo lo intentara, no conseguía ver a Bernardo. —Josefina, despierta, ya hemos llegado. La voz suave de Javier enseguida la despertó. Josefina abrió los ojos lentamente, algo aturdida, y miró de reojo a Javier: —¿Javier, ya hemos llegado? —Sí, hoy te quedarás en mi casa. —Dijo con firmeza Javier. No confiaban en dejar a Josefina sola en Villa Estrella de Mar. La casa de la familia de Francisco era bastante ruidosa y con mucha gente, mientras que la casa de Javier era grande y tranquila. Durante el camino, el conductor ya había dejado a Francisco y a Eduardo en sus respectivas casas. Josefina aún se sentía sin fuerzas, estaba muy cansada, bostezando varias veces mientras entraba en la casa de Javier. Viendo que Josefina estaba tan exhausta, Javier le dijo con voz suave y tranquila: —Ve a darte una ducha, tu ropa está en tu habitación, yo prepararé algo de pasta para nosotros. Dado que Josefina y lo