Capítulo 1894
Bernardo se sentía algo impotente.
—No existe tal fantasma, mujer.
Al escuchar la respuesta tan segura de Bernardo, el señor Claudio seguía aún sin creerle, incluso estaba lleno de sospechas.
—¿No existe tal fantasma, mujer? Entonces, ¿por qué en estos últimos días te he visto hablando solo y sin motivo alguno? Y siempre estás haciendo cosas muy extrañas. Bernardo, ahora que finalmente has llegado a ser el heredero de la familia Castro, todo lo oscuro del pasado debe quedar atrás. No puedes seguir por el mismo camino que llevabas, ¿entiendes? —Le decía el señor Claudio con paciencia.
No solía preocuparse por los demás, pero en este momento, toda su atención estaba puesta en su nieto.
Bernardo le respondió: —Entiendo lo que me dices.
Al ver la expresión seria de Bernardo, el señor Claudio comprendió enseguida que, sin importar lo que dijera, su nieto no iba a revelar la verdad.
Suspiró profundo.
—Cuando yo tenía tu edad, tampoco escuchaba a los mayores. Pero hay algo que debo decirte. N

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