Capítulo 1912
Josefina comprendió enseguida: —Así que es eso, maestro Fabián, si desea saber cómo manejar los objetos malignos, puede consultarme, estoy dispuesta con gusto a responderle. Aunque aún no puedo regresar, compartiré con usted todo lo que sé.
Ana le había dicho que si más personas conocieran cómo resolver el problema de los objetos malignos, menos personas sufrirían por ellos.
Por ello, siempre que alguien mostraba interés en este tema, ella compartiría todo su conocimiento sin reserva alguna.
Y sin duda, comunicaría todo lo que sabía sin ocultar nada.
El maestro Fabián, visiblemente sorprendido, preguntó: —¿Puedes manejar objetos malignos?
Josefina sonrió levemente y contestó: —Sí, puedo.
El maestro Fabián, aún sorprendido, respondió: —Entonces... entonces volveré mañana. Gracias, hasta luego.
Lamentaba no haber llevado siempre consigo el objeto maligno, porque si lo hubiera hecho, ahora podría mostrárselo.
Él era experto en juzgar a las personas y sabía que la joven frente a él no ment

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