Capítulo 1983

Cada palabra pronunciada estaba impregnada de una ternura extrema. —En diez años, es la primera vez que este espejo siente algo distinto, incluso parece que está caliente —Bernardo sonrió levemente. Tal vez solo era una ilusión suya. La frontera ya se había vuelto gélida hasta los huesos. Los soldados y habitantes de la ciudad llevaban tres días sin probar comida de verdad. Al igual que los demás, llevaba tres días alimentándose solo de corteza de árbol. Si no fuera porque aún conservaba una pizca de humanidad, habría hecho como muchos otros: comer carne del enemigo y beber caldo hecho con sus huesos. Pero tenía miedo. Miedo de que algún día se encontrara con Josefina, y que ella, al saber que había comido carne de sus enemigos, lo mirara con asco, como si fuera impuro. Pensando en eso, su mirada se volvió más firme. Volvió a colocar el espejo cuidadosamente contra su pecho. Aunque esa noche fuera la última, moriría llevándolo consigo. Tal vez, una vez muerto, podría ver a Josefina. Pr