Capítulo 2007

Bernardo no había estado en la Casa Castro en los últimos días, y nadie sabía adónde había ido. No. Volvió a negarlo. Bernardo no tenía esa capacidad. Durante todos estos años, dentro de los planes que Mariano había trazado meticulosamente, Bernardo se había convertido en un hombre inútil. ¿Cómo iba a tener la habilidad de intentar asesinar a Carmelo, quien siempre estaba rodeado de guardaespaldas? Al parecer, había alguien muy poderoso oculto en Ciudad de la Felicidad. Increíble pensar que, dentro de Ciudad de la Felicidad, pudiera existir información que ni siquiera él lograba descubrir. Con el ceño fruncido y reflexionando, Mariano se marchó. Las dos criadas, aunque seguían menospreciando a Josefina, sabían que debían obedecer las órdenes del señor Mariano. Ellas no tenían la suerte de haber captado la atención del señor. En cuanto las dos mujeres salieron para preparar la comida, Josefina se acercó de inmediato a la puerta, la empujó con cuidado y miró hacia afuera. A poca distanci