Capítulo 881
En realidad, Salvador sabe cómo hacer feliz a una mujer.
Con unas pocas palabras, puede hacer que alguien crea que la ama profundamente.
—Bueno, a mí también me gusta que me mimes. —Pensó Sofía, quien también creía que Salvador realmente era ese tipo de persona que, con solo un gesto, una mirada o un toque, lograría hacerla volver a su lado.
Además, Salvador le había dicho que entre él y Lourdes solo se trataba de un matrimonio arreglado por la familia, y que en su momento encontraría una excusa para romper el compromiso con Lourdes.
Mientras conversaban, solo tenían ojos el uno para el otro y no notaron a Ana ni a Ignacio.
Cuando se acercaron más, fue cuando finalmente los vieron.
Al ver a Ana, el rostro de Sofía cambió levemente, y apretó la mano de Salvador con fuerza.
Salvador no le prestó mucha atención. Primero saludó a Ana: —Qué casualidad, ¿nos encontramos aquí? Tú, ustedes...
Miró a Ignacio.
¿Cómo es que Ana estaba acompañada de Ignacio en el hospital?
—Vin

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