Capítulo 883
No se sabe cuánto tiempo pasó.
Los dos abrazados se quedaron dormidos.
Ana despertó a las tres de la mañana, se dio cuenta de que la luz estaba encendida, se levantó de la cama, apagó la luz y volvió a acostarse.
Probablemente porque Alejandro necesitaba especialmente a alguien a su lado esa noche, tan pronto como regresó a la cama, él la volvió a atraer hacia su abrazo.
Los hábitos se forman sin darse cuenta. Al principio, no estaba acostumbrada a que Alejandro la abrazara para dormir, pero ahora ya podía quedarse dormida con facilidad.
Era como vivir con Alejandro. A veces pensaba que tal vez podrían seguir adelante juntos.
—¿Vamos este fin de semana a ver mi empresa? —Dijo Alejandro de repente.
A esa hora de la noche, la voz de Alejandro sonaba clara y despierta.
Ana aceptó: —Está bien.
A la mañana siguiente, mientras desayunaban, charlaban de manera casual. Ana mencionó que el día anterior se había encontrado con Salvador y Sofía en el hospital.
—La familia Blan

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