Capítulo 936
Vergüenza, desobediencia y falta de cortesía, varios cargos fueron sumados.
El rostro de Ana se oscureció.
De repente, Alejandro tomó su mano.
—Mi esposa es insuperable por cualquiera. —Dijo Alejandro con firmeza y convicción.
El rostro de Arturo se volvió instantáneamente sombrío. —¿Insuperable por cualquiera? ¿Ella puede compararse con Patricia? Alejandro, estás actuando impulsivamente.
—Basta, todos cállense un momento. —Reprendió Xavier, fingiendo ser severo.
Luego, fijando la mirada en Alejandro, dijo: —No nos importa quién sea tu esposa, pero cuando llegue el momento, sabrás quién realmente quiere lo mejor para ti. Hablar más ahora solo te va a molestar. Lo más urgente en este momento es lo que pasa con Marco y Narciso. Con una sola llamada de tu parte, ellos no tendrían que quedarse en la comisaría.
—Te hago la llamada. —Dijo Rafael mientras avanzaba con el teléfono en la mano.
—Quien se atreva a hacer esa llamada, sentirá lo que es recibir ocho puñaladas. —Dijo Al

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