Capítulo 946
Después de que ambos intercambiaron sus datos de contacto, se separaron: Lourdes fue a ver al médico y Ana fue a recoger los medicamentos.
Ana regresó a la habitación con los medicamentos.
Como nunca antes había visto a Alejandro enfermo o tomando medicinas, y esta vez solo necesitaba tomarlas debido a las heridas, pensó que solo tendría que darle agua.
Sin embargo, Alejandro miraba las pastillas con una expresión de desdén.
—Mi sistema inmunológico es muy bueno, no necesito medicamentos.
Ana pensó que había escuchado mal y lo observó pensativa.
—No me digas que tienes miedo de tomar medicamentos.
Miró las pastillas: unas pocas cápsulas y comprimidos recubiertos con una capa de azúcar, nada difícil de tragar, mucho más fácil que una infusión amarga.
Alejandro parecía haberse quedado petrificado, como si le hubieran descubierto un secreto.
Ana sonrió por dentro, a veces, Alejandro tenía una actitud tan infantil: —Te conté que son cuatro cápsulas y dos pastillas, puedes

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