Capítulo 80

Como dice el proverbio persa, 'cuando está más oscuro, puedes ver las estrellas', y Alexandra comenzaba a comprender lo que signficaba esa frase. Toda la oficina se quedó en completa oscuridad, incluso las luces del pasillo se apagaron de inmediato, pero la luz de una valla publicitaria cercana alumbró un poco el lugar a través de la ventana, también la luna ayudó, ese reflejo iluminaba a Lucien, lo que resultaba en que pareciera la viva imagen del dios griego Zeus. Se veía encantadoramente atractivo, frente a una mujer, que estaba haciendo todo lo posible para evitar la tentación.  Su mirada debió haber sido tan obvia que llamó la atención de Lucien. Desvió la vista de la valla publicitaria exterior justo a tiempo para ver que ella lo veía fijamente. E igualmente, la miró a los ojos, y se pudo dar cuenta que era hermosamente encantadora, pues, su piel se veía pálida bajo la luz de la luna, a pesar de tener un bronceado perfecto, además podía ver los ojos grises de ella, gracias al ref