Capítulo 87

En ese momento, Nicholas miró la puerta. Su respiración era agitada y tenía el semblante sombrío por la ira que sentía. "¿Por qué gritas?" La voz ronca de Zara lo trajo a la realidad. Así que, dirigió su vista hacia ella. Entonces, él dejó de sentir rabia mientras seguía observándola. Solo se podía ver un amor infinito en esos profundos ojos azules. Por lo que, él se acercó a ella con una sonrisa en la cara: "¿Te he despertado? Lo siento". Luego, él se sentó a su lado y le apartó el cabello que tenía pegado a la cara poniéndolo detrás de la oreja. Él todavía seguía sonriendo. Entonces, le preguntó: "¿Cómo te sientes ahora?" Pero Zara no quiso responderle: "No me has dicho por qué gritaste ni a quién le gritaste". Nicholas suspiró y tomó sus manos. "Una persona sin importancia vino y armó un alboroto aquí. Me molesté y lo eché. No te preocupes". Entonces, Zara se quedó callada. Se apoyó en él y le rodeó la cintura con los brazos. Nicholas también le devolvió el abrazo: "Tengo que hablar