Capítulo 10 Musa académica

Los vi agarrarme de las manos y los pies, para llevarme hacia un callejón desierto. Si yo pedía ayuda, seguramente no serviría de nada. Porque ellos fingirían ser una pareja o novios peleando. La situación haría que los demás no quisieran involucrarse. Al fin y al cabo, solo cuando la seguridad propia está en juego, la gente interviene para ayudar. Entonces, de repente, se me ocurrió una idea brillante y grité hacia ambos lados. —¡Fuego! ¡Fuego! ¡Salgan rápido a apagar el fuego! —¡Alguien va a morir! Al gritar así, efectivamente muchas personas salieron corriendo de sus casas. Incluso la gente de la calle corrió hacia nosotros. Había cada vez más gente, y yo pude notar claramente que estos tipos se pusieron nerviosos. Entonces, le di una fuerte patada a uno en la parte baja del cuerpo y mordí con fuerza al que intentaba taparme la boca. Cuando aflojaron la mano, enseguida corrí hacia el lugar donde había más gente reunida. Ellos intentaban esquivarlos para perseguirme y atraparme. Corr