Capítulo 110 Morirás aquí
Antes de que pudieran llegar a la puerta, Belén se interpuso nuevamente en su camino: —¿Por qué siempre tienen tanta prisa por irse?
Laura, ya un poco enojada, respondió: —Belén, ¿qué quieres decir con eso?
Belén fingió inocencia: —No significa nada, solo quiero presentarles un trabajo.
—¿Estás presentándonos un trabajo o tratando de vendernos? —Laura la increpó furiosamente, sintiéndose traicionada por alguien en quien había confiado tanto.
El Presidente Alonso se acercó con una copa de vino en la mano: —¿Por qué hablar tan mal? ¿Acaso no es una injusticia? No puede ser, deben disculparse. ¡Tienen que beber esta copa de vino, si no, no se irán hoy!
Finalmente, mostraron su verdadera cara.
Silvia y Laura intercambiaron una mirada, dándose cuenta de que aunque bebieran el vino, no se irían de allí. Sin más preámbulos, empujaron a Belén y corrieron hacia la salida.
¡Debían salir de esa sala inmediatamente!
Belén cayó al suelo y el Presidente Alonso gritó: —¡Atrápenlas!
Cuando abrieron la

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