Capítulo 9

Mientras tanto, en la casa de campo en las afueras. El vapor de las aguas termales se elevaba con suavidad. Cristian, de manera instintiva, pronunció un nombre. —¡Beli! La voz se desvaneció, pero durante mucho tiempo no obtuvo respuesta. Haciendo mala cara, pensando que tal vez ella estaba enfadada. Sin embargo, al abrir los ojos y ver que no había nadie más salvo él, solo entonces recordó, con retraso, que Belén se había ido a Suiza. Un ligero sentimiento de incomodidad surgió en lo más profundo de su corazón. De repente, escuchó pasos fuera de la puerta. —Cristian, ¿me estabas buscando? Una voz clara se fue acercando con coquetería. Él giró la cabeza y se cruzó con la mirada de Isabel. Estaba sonrojada, sin saber si era por la timidez o quizás por el vapor caliente de las aguas termales. Pero, de forma inexplicable, Cristian sintió cierto vacío en su interior. Como si una voz a su lado le dijera con firmeza, le advirtiera, que no, que no era ella. Sin embargo, después de un breve mom