Capítulo 57
—Cuando tuviste una aventura durante nuestro matrimonio y manipulaste a Diego para ganarte el favor de Lucía, no pudiste detenerte a ti mismo.
—¿Y ahora te sientes con derecho a criticarme?
Dejé caer esas palabras y me dirigí directamente a la librería a buscar a Andrea.
Cuando Andrea me vio llegar, corrió emocionada hacia mí y gritó con alegría: —¡Mamá!
Su voz era alta, y estábamos en una librería, un lugar donde se debe mantener la quietud.
Estaba a punto de recordarle que bajara la voz.
Pero Víctor ya había hablado: —Andrea, baja un poco la voz, por favor.
Andrea obedientemente bajó su tono: —Ya sé.
Viendo lo sensata que era Andrea, mi ánimo también mejoró, y tomándola de la mano le dije: —Vamos arriba a ver, ¿qué libros te gustaría mirar?
—¡Vale!
...
Después de que nos fuéramos, Sergio seguía parado en su lugar.
Lucía, viendo su expresión tan desagradable, tomó la iniciativa de consolarlo: —Sergio, no te sientas tan mal...
—Realmente no esperaba que el divorcio y no darle nada la a

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