Capítulo 17

Después de regresar al país, Ricardo volvió ante la tumba de su madre y limpió con sumo cuidado el polvo de la lápida antes de sentarse a un lado, abatido. —Ricardo, conozco tu carácter, así que escucha bien: no te permito que vuelvas a buscar a Sandra. Sandra seguramente ya tiene su propia vida ahora, no la presiones más. Solo si me lo prometes, podré irme tranquila... En los últimos instantes de su vida, Natalia le sostuvo la mano, suplicándole con devoción que no buscara más a Sandra. —Perdóname, mamá, yo… Fui a buscarla. Fui un verdadero tonto, pero tampoco puedo estar sin ella... —Ella ya no me necesita, mamá... —De verdad me equivoqué, ¿cómo puedo reparar mi error? ... El cielo estaba nublado. Al levantar la cabeza, unas ligeras gotas de lluvia cayeron sobre su rostro. De repente le pareció ver aquel día lluvioso de hace mucho tiempo, cuando, para agradar a Valeria, tiró al agua la obra diseñada por Sandra. Valeria había dicho con burla: —Sandra, tu concepto de diseño es "vida",