Capítulo 1112

Alicia había vivido muchos años en Vientomar. Ella negó con la cabeza. —Las personas que se supone que conozco, ¿sabes? Todas me han dejado una mala impresión. —¿Y en Piedraplata? Alicia sonrió levemente. —La ciudad está muy bien. Roberto le tomó la mano. —Si es así, entonces ya no volvamos. Viviremos donde a ti te guste. Alicia sintió un calor en el corazón, porque en Piedraplata tenía a sus amigos y a la persona que amaba. Por eso le gustaba. Cuando el helicóptero regresó sin contratiempos a Piedraplata, Alicia bajó y vio una finca que parecía preciosa. Se sorprendió un poco. —¿Qué lugar es este? —Es donde vivo; a estas horas, solo aquí hay espacio para aterrizar. Alicia alzó la cabeza. —Ahora sí siento que mi novio es realmente rico. —Entonces, como dueña de la villa, ¿quieres entrar a verla? —Claro. Los dos se miraron a los ojos y, tomados de la mano, entraron. Al día siguiente, los despertó el sonido del teléfono. Cuando Alicia abrió los ojos, Roberto le sujetó la mano. —Yo contes