Capítulo 1136

Alicia no se movió y, al poco rato, notó que Roberto se había quedado dormido. Se veía claramente que estaba muy cansado. No pasó mucho tiempo antes de que el auto llegara al lugar de la fiesta, y Alicia tampoco despertó a Roberto, pues quería dejarlo dormir un poco más. Pero el sonido de las bocinas que resonaban una tras otra en el estacionamiento, junto con las voces de la gente, terminaron por despertarlo. Él miró hacia afuera. —¿Hace cuánto llegamos? ¿Por qué no me despertaste? —Quería que durmieras un poco más, de todas formas, no pasa nada si llegamos un poco tarde a la fiesta. Tú eres más importante. Alicia realmente lo pensaba así. Roberto soltó una leve risa y bajó la cabeza para besarla, pero ella se apartó. Roberto arrugó la frente. —¿No me dejas besarte? Alicia lo miró. —Se me va a estropear el maquillaje, y no traje pintalabios. Roberto le sostuvo la mano. —Entonces, luego te lo compenso el doble. Alicia giró la cabeza y miró por la ventana del auto. —Entonces, vamos. Amb