Capítulo 1633
Alicia lo miró sin amedrentarse. —Entonces también debería actuar un poco.
—No soy de los que disfrutan de la actuación.
Roberto la observó. —Además, si mueres, yo me encargaré de cuidar a tu hija.
Alicia se enfadó. —Mi hija no necesita que tú la cuides.
Ella salió del salón de belleza, y Roberto se acercó. —Sube al auto.
Esta vez Alicia no se negó. Apenas subió, dijo directamente: —A casa, quiero descansar; hace un momento fui secuestrada y estoy asustada.
Roberto se recostó en el asiento. —A la empresa.
Alicia abrió los ojos. —Roberto, ¿estás enfermo o qué? ¡He dicho que quiero ir a casa a descansar! ¡No quiero trabajar!
—Esto es lo que debes hacer. Tú puedes descansar, pero los que preparan este proyecto tendrán que quedarse a trabajar horas extra.
Roberto la miró fijamente. —Deja de fingir, en realidad no te asustaste en absoluto.
Alicia chasqueó la lengua. —¿Quién dijo que no me asusté? Soy una mujer frágil...
—Si tú eres frágil, entonces ya no existen mujeres frágiles.
Roberto no

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