Capítulo 1637
El rostro de Alicia cambió al mirar a aquella anciana. —Hablar sin pruebas puede llevarte a un juicio.
—¿Y acaso he hablado sin pruebas? Si no eres una tercera en discordia, entonces dime quién es tu marido. ¿Con qué derecho pudiste transferirte a mitad de curso a esta escuela?
La niña que estaba al lado de la anciana también la imitó, sacándole la lengua. —¡Tercera, tercera!
Alicia clavó la mirada en la anciana. —Hablas sin pensar, ¿y tú qué? Una tercera entrada en años. Dices que vienes a recoger a tu nieta, pero en realidad viniste a recoger a tu hija, ¿no es así? A tu edad, todavía teniendo hijos.
—¡Qué disparates dices! Esta es mi nieta, todo el mundo lo sabe.
—Que todo el mundo lo sepa es solo porque tú lo repites. ¿Tienes pruebas? Entonces dime quién es tu marido y cuál es el origen de esta niña.
Al escuchar aquello, la anciana se llevó la mano al pecho, furiosa. —¡Tú... tú, desvergonzada! ¿Cómo te atreves a maltratar a una anciana como yo?
Alicia se mostró tranquila. —¿No estoy

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