Capítulo 1689
Alicia se sintió un poco molesta y miró a Roberto. —Si de verdad necesito un abogado, yo buscaré uno.
¿Acaso le resultaba difícil encontrar un abogado?
Yago levantó una ceja. —Bien, si no me necesitan, entonces me voy. ¿Quién quiere trabajar horas extras en plena medianoche?
Roberto mostró cierta impotencia. —Espera un momento.
Yago se apartó hacia un lado, con una actitud fría y distante.
Roberto miró a Alicia. —Aparte del abogado Yago, no encontrarás a nadie más adecuado.
—Ya lo dije, yo misma buscaré un abogado. Yago es tan arrogante... Mejor lo dejamos, temo que acabaríamos discutiendo.
Alicia siempre sentía que Yago le guardaba cierta hostilidad.
Roberto se frotó las sienes. —Pero un abogado extranjero no necesariamente podrá encargarse de este asunto, y además, de esa manera, es muy fácil que tu hermano descubra que estás aquí, ¿no crees?
Eso sí que le dio en el clavo a Alicia.
Ella dudó un instante. —Está bien.
Roberto se giró y se acercó a Yago, le habló: —Te encargo este asunt

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ