Capítulo 928

Carlos se acercó: —¡Dejen de mirar todos, apártense ahora mismo! Carlos era un niño rico y mimado; sus palabras asustaron a los presentes, que se dispersaron enseguida. Sin embargo, Carlos miró a Alicia y preguntó: —¿Es cierto que la familia Mendoza mató a tus padres? Alicia asintió: —Sí. Carlos reflexionó un instante: —Entonces tienes suerte de seguir viva hasta hoy. Alicia le respondió con una sonrisa irónica: —Si los que hacen cosas malas pueden vivir tan tranquilos, ¿por qué yo no iba a seguir viva? Carlos se quedó sin palabras. —Si necesitas ayuda para algo, puedes venir a buscarme. Alicia lo miró detenidamente, preguntándose a qué venía esa actitud. Carlos tosió: —No le des muchas vueltas, solo te ayudaría por hacer un favor. Claro que, si quieres agradecérmelo, siempre puedes invitarme a comer. Alicia chasqueó la lengua: —No puedo permitirme tu ayuda; a lo mejor mañana viene Paula a buscarme. Carlos se había ganado con razón el apodo de "niño de mamá". El rostro de Carlos cambió