Capítulo 50

Mientras Bruno estaba en una reunión, al enterarse de que María ya estaba en su oficina, salió a mitad de camino para verla. Inesperadamente, la encontró mirando la foto de su matrimonio. La mirada de Bruno se oscureció ligeramente antes de cerrar rápidamente la puerta. —Una foto de nuestro certificado de matrimonio, ¿vale tanto tu atención? —Solo estaba mirando. María, al ser descubierta, soltó una risa nerviosa. La mirada de Bruno se profundizó aún más. Avanzó hacia ella, sus zapatos se hundían en la alfombra suave, su marcha hacia María era inequívoca. —¿A qué has venido? María señaló la caja de regalo sobre la mesa de café: —Vine a sobornarte de parte del Grupo Cisneros. Bruno soltó una risa. Como si ya hubiera anticipado su propósito. —¿Qué tal si cenamos juntos esta noche? María realmente no veía la conexión necesaria entre sobornar y cenar. —¿No tienes que trabajar? Bruno golpeó con sus dedos el escritorio frente a ella, como recordatorio: —¿Así que planeas sobornarme justo aquí