Capítulo 22
Ese latido en aquel momento era real.
Él, en ese instante, se había enamorado de ella.
Ese favor que le salvó la vida, ese sentimiento del primer encuentro, como cadenas invisibles, lo mantenían firmemente atrapado.
Permaneció en silencio un momento, reprimiendo las complejas emociones que surgían en su corazón.
—De ahora en adelante, no hagas tonterías.
Repitió sus palabras, con un tono más serio.
Luego, cambió de rumbo en su frase, añadiendo un matiz de advertencia.
—También espero que no vuelvas a meterte con Bianca. Muy pronto, ella dejará de ser parte de la familia Gómez.
Sandra sintió un nudo en el pecho.
¿De verdad se iba a divorciar?
¡Perfecto!
Pero su rostro no lo mostraba; seguía con esa expresión dócil y obediente, asintiendo con fuerza.
—Sí, lo entiendo, David. Mientras ella no me provoque, nunca la tocaré.
David asintió con satisfacción y le acarició la cabeza.
—Mi abuelo quizás tarde en aceptarte, pero no permitiré que nadie te haga daño.
Sandra entendió. Ella tampoco nec

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