Capítulo 56

Ella se tapó la cara, mirando a su padre con incredulidad. —Papá... —¡Tienes la dignidad de llamarme así! —Carmelo, temblando de ira, le señaló la nariz mientras la insultaba. —¡Todo por tu culpa, maldita desgraciada! ¡Desvergonzada! Golpeó el maletín que tenía en las manos contra el suelo con furia, y los papeles se esparcieron por toda la habitación. —¡Hace un momento, todos los socios llamaron para cancelar los contratos! ¡Cancelar! ¿Sabes lo que esto significa? —¡La cadena de fondos de la empresa se va a romper de inmediato! ¡En menos de medio mes, la empresa estará en quiebra! ¡En quiebra! Carmelo tenía los ojos inyectados en sangre, como una bestia enfurecida. —¿Tanto tiempo persiguiendo a David, y al final para qué? ¡Te ganaste la fama de ser la tercera en discordia! ¡Ahora, además, arrastras a toda la familia contigo! —¿Y todavía tienes la dignidad de llorar aquí? ¡¿Para qué sirve hacerlo ahora?! ¡Eres un inútil! Los insultos de Carmelo, las acusaciones de Laura, la desaparició