Capítulo 19
José eliminó de la red todas las publicaciones en contra de Rosa, y el asunto de Patricia quedó, por el momento, resuelto.
Con la intención de distraerla, preparó dos boletos para un concierto.
La noche veraniega envolvía el escenario al aire libre: neón y estrellas se fundían en un océano de luz.
Rosa levantó la vista hacia la tarima, donde cantaba su banda favorita. La voz ronca del vocalista le atravesaba directo el corazón.
Se dejó llevar por la música, tarareando y marcando el ritmo con los dedos, con una paz en el rostro que hacía tiempo no mostraba.
José, a su lado, no apartaba los ojos de ella.
Cuando los fuegos artificiales estallaron en el cielo, tomó su mano con firmeza.
—Rosa, yo no quiero ser solo tu amigo.
Rosa se quedó paralizada y giró la cabeza, encontrándose con su mirada.
Esos ojos que siempre llevaban una sonrisa, ahora estaban llenos de seriedad: —Dame la oportunidad de cuidarte, ¿sí?
Los recuerdos golpearon a Rosa como una ola.
La soledad de la cama de hospital en

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