Capítulo 35
Cuando Bianca despertó, ya era de noche.
El suero a su lado seguía suministrándole glucosa al cuerpo; al girar la cabeza, vio a Jacobo con una tablet en la mano y el ceño ligeramente fruncido.
—Despertaste, come algo.
Sobre la pequeña mesa junto a la cama había dos porciones de fideos y algunos acompañamientos.
—Gracias, otra vez molestándote.
Bianca habló y, obediente, comenzó a comer los fideos. Sintió que su cuerpo recuperaba algo de energía.
—Ya es tarde, jefe Jacobo, ¿no va a regresar?
Pensaba que él, como mucho, la acompañaría un rato, pero ya eran casi la una de la madrugada.
De pronto, Bianca recordó algo y de inmediato, abrió su celular para transferirle cincuenta dólares a Jacobo.
—Disculpa, casi lo olvido, esto es por la consulta médica, cincuenta dólares deberían ser suficientes, ¿no?
Jacobo solo la miró sin decir nada, y Bianca asumió que eso significaba que aceptaba.
Desmayarse así fue porque Bianca sobreestimó su propio cuerpo.
Él seguía sin hablar, y Bianca pensó que qu

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