Capítulo 49

Se topó con Jacobo, que era un terco; no consiguió ni un centavo y encima terminó con un dedo fracturado. —No te andes con esa sarta de tonterías, y ve directo al grano. Jacobo tenía un aire serio. Moisés asintió con la cabeza. Conocía ya bastante bien el carácter de Jacobo: una vez que se decidía por algo, no había forma de hacerlo cambiar de opinión. Pensándolo bien, seguramente hablaba en serio, de lo contrario no le habría hecho semejante petición. Después de todo, la última vez que le pidió a Jacobo que lo ayudara a frenar un escándalo, terminó siendo regañado duramente, y pasaron tres meses sin hablarse. Aunque fue Jacobo quien lo bloqueó unilateralmente, Moisés también había estado ocupado grabando, y recién había regresado a Luzdeluna hacía un par de días. —Por todas las veces que me has ayudado, me aseguraré de que conquistes a esa chica. Desde que Moisés se volvió famoso, lo primero que hizo fue olvidarse de sus orígenes; casi todo su tiempo libre lo pasaba en bares. No es qu