Capítulo 125
—¿Podría ser su novio?
Inés sacó su móvil directamente y activó la cámara.
Raquel, sonrojada y en voz baja, dijo: —¡Rafael, suéltame! Esto es la oficina, no es lugar para agarrarme así; me afecta negativamente.
Rafael no soltó su mano, la miró fijamente y afirmó: —Raqui, lo he pensado bien; si decides tener al niño, adelante, yo te apoyaré a ti y al bebé.
Raquel, imperturbable, solo pensó que él estaba desvariando. —Rafael, ya te lo he dicho, ¡lo que me ocurra no es asunto tuyo!
Ella se soltó bruscamente y se dio la vuelta para marcharse.
Sin embargo, la voz de Rafael resonó desde atrás: —Ya lo publiqué en la red de la escuela; ahora todos saben que estás embarazada de mi hijo.
Su voz era alta y retumbaba en todo el vestíbulo.
Raquel se detuvo, se giró hacia él, su rostro pálido como la cera. —¿Estás loco, Rafael?
Rafael, impasible y con una mirada cargada de ternura, contestó: —No puedo quedarme de brazos cruzados mientras te difaman y te tienden trampas, Raqui. Estoy aquí, esperándot

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