Capítulo 16

Luego empezó a morderme el lóbulo de la oreja. Entonces sentí que mis rodillas flaqueaban. Si me hubiera pedido que le diera un riñón, le habría dicho que sí. Se me había olvidado por completo que había estado aquí para aceptar su propuesta de consolarme. ¿Esto era a lo que papá llamaba "oferta dudosa"? Hacer una oferta, ¿pero cambiarla después por otra cuando se ha conseguido el objetivo? Me daba igual. De todos modos, iba a aceptar. Ansiaba tanto esa sensación de ser tocada. Tanto sus manos como sus besos fueron mi cura. Pues lograron que me olvidara de mi sufrimiento. Ni siquiera recordaba cómo me quedé sin ropa, o cuando subimos las escaleras. Al terminar nuestra ronda de pasión, era la una de la madrugada. Mi amiga estaba en lo cierto; el s*xo era mejor que cualquier p*ldora. Después de aquella sesión tan larga, Kieran aún se mantenía en pie y me llevó al baño. Tomamos una ducha juntos. Las sábanas estaban arrugadas y... mojadas. Me cargó y me llevó a la habitación de invitados. L