Capítulo 35

“Creo que los demás miembros de la junta pueden ser ajenos a esta situación”, comentó Harper. “Tal vez puedas hablarles”. “Eso haré. Gracias, Harper”. Cuando algo malo ocurre, cosas peores pueden suceder… El lío en mi vida personal seguía pendiente, y ya tenía otro problema más encima. Me preguntaba cuál era el arma secreta de Rainey. ¿Cómo había logrado poner a la junta de su lado? Los tenía a ellos, y a la familia Valentine respaldándola. ¿Cómo? ¿Acaso tenía alguna oportunidad en esa batalla? Mi cerebro no paraba de funcionar. Tenía que averiguar cómo había logrado todo eso. “Supongo que al fin tengo tiempo para jugar World of Warcraft”, bromeó Harper, encogiéndose de hombros. “Será mejor que me vaya antes de que llamen a seguridad. Si necesitas algo, Amiyah, no dudes en llamarme”. La abracé mientras decía: “Gracias, Harper. Tengo que volver a decirte cuánto lo siento…”. “No es tu culpa. Ambas somos víctimas en esta situación”, suspiró ella. Desvié la mirada, luchando por no llorar.