Capítulo 29

Víctor veía en las noticias la lujosa boda de Laura. Sus ojos se clavaron en la foto de Javier en su teléfono, y la rabia comenzó a hervir en su interior. ¡Seguro que fue Javier quien lo hizo! ¡Seguro que fue él! Pensando esto, Víctor, sin hacer caso a las advertencias de Rosa y Carmen, salió apresuradamente del hospital. Casa González. Hoy era el primer día de su matrimonio. Javier, por fin, abrazaba a Laura en la cama, disfrutando de la quietud y el calor del momento. El sol suave y el aire fresco por la ventana no parecían ser suficientes para atraer su atención. De repente, el timbre de la puerta interrumpió la tranquilidad. Javier frunció el ceño, sin saber quién podría estar molestándolos en ese momento. Con indiferencia, se puso una bata y fue a abrir la puerta. Apenas abrió, el puño de Víctor se lanzó contra él con fuerza. Javier, ágil, esquivó el golpe y atrapó su brazo, inmovilizando su mano. —¿Qué demonios estás haciendo? Víctor, con la mirada llena de ira y una ba