Capítulo 245

Al oír esto, Luis se relajó un poco. Miró a Laura con aprobación y no se olvidó de consolarla: —Laura, siempre eres la más sensata. No te preocupes, prometí cuidar de ustedes y no permitiré que tú y Carmen sufran. —No hace falta que me lo expliques, Luis, yo confío en ti—, dijo Laura con comprensión, aunque en su interior estaba ansiosa por cambiar de tema. Temía que Luis continuara hablando y, en un intento de recuperar a Ana, terminara expulsándolas de Casa López. Justo cuando Luis iba a decir algo más, Laura rápidamente se llevó el tupper a un área de descanso cercana y le dijo con una sonrisa: —Luis, no digas más por ahora. No has comido nada en la mañana, debes estar hambriento. ¿Por qué no vienes a comer algo primero y luego sigues con lo tuyo? Después del alboroto con Ana, Luis realmente no tenía apetito. Pero al ver la mirada expectante de Laura, tragó las palabras de rechazo que tenía en mente. Luis se sentó en el sofá junto a ella, se arremangó y echó un vistazo a la mesa, ll