Capítulo 47

Sangre. Mi mente solo pudo centrarse en el líquido carmesí que salía de la boca de Elliot. "S-Suzie...", tosió Elliot. Me quedé petrificada, sin poder pensar ni mover un músculo de mi cuerpo. Elliot dejó caer su peso sobre mi, revelando ante mis ojos el rojo agujero que atravesaba su camisa blanca... Escuché entonces un gruñido frustrado, lo cual me llevó a desplazar los ojos hacia mi padre, que sostenía una pistola entre sus dedos. Con la otra mano se sostenía el malherido abdomen, pero eso no le privaba de sonreírse, ufano. "Que se j*da, esa maldita rata... ¿Quién se cree, haciéndole esto a un alfa como yo?", murmuró mi padre con ronquera. "Le has... disparado... Elliot...", mascullé, observando a Elliot con manos temblorosas. Al ver que estaba inmóvil, mi primer sentimiento fue la impotencia más vacía y pesada que había sentido nunca, seguida de una furia incontenible. Me daba igual que mi padre me hiciese daño a mí, pero que la víctima fuese un ser querido mío... Eso sí que no. Rug