Capítulo 32 Huyendo de las Explicaciones

Fabián se volteó, interponiéndose entre mí y la expresión enloquecida de Evaristo. Miró mi brazo, mi piel es blanca, y como Evaristo me había agarrado con fuerza, rápidamente aparecieron varios rasguños rojos, lo que parecía ser algo bastante alarmante. Fabián se preocupó: —¿Estás bien? Me froté la mano, respondiendo con voz baja: —Estoy bien. Al decir esto, levanté la vista y me encontré justo con los ojos complicados y profundos de Fabián, su mirada se posó en mi abdomen. Me sorprendí, sabiendo que también había creído lo que dijo Almira, pensando que estaba embarazada. Mis labios se movieron sin control alguno, y de repente sentí el fuerte impulso de explicar. La relación entre Fabián y yo era sencilla, si estuviera embarazada, él naturalmente pensaría que el niño era de Evaristo. La última vez que había hablado con él sobre Evaristo, le había dicho que estaba decidida a divorciarme, y parecía algo contento, pero ahora que de repente había sabido que "estaba embaraza