Capítulo 158

En ese momento, Julio se acercó de repente. Con una expresión afable, agarró bruscamente el cuello de la camisa de Valentín y, con total seriedad, le dijo a Javier: —Señor Javier, me llevo a este señor Valentín a charlar un rato afuera. Javier no dijo nada. Julio, con notable fuerza, arrastró sin dificultad a Valentín hacia la salida. Él apenas alcanzó a pronunciar una palabra. Cuando Julio le asestó un golpe con el canto de la mano y lo dejó inconsciente al instante. Los invitados presentes se quedaron bastante asustados. Julio, manteniendo su habitual expresión bonachona, dijo: —Disculpen, don Pablo ordenó que no se permita que nadie maltrate a la señorita Ana. Valentín fue arrastrado hacia afuera. Nadie sabía con exactitud cómo fue aquella "charla". Los invitados del salón se miraron unos a otros, desconcertados. Ana, en el baño, arrugaba la frente. Realmente no entendía qué le pasaba a Javier. Era como si hubiera vuelto a convertirse en otra persona. El cambio de actitud anterior,