Capítulo 24

Él creía saberlo todo sobre ella: su nombre, edad, profesión, carácter, aficiones, estatus y trasfondo familiar. ¿Acaso eso no contaba como conocerla? Clara soltó un leve resoplido. —Por ejemplo, no soy una señorita rica de la alta sociedad. Aunque soy hija de Martín, el dinero y los recursos de su familia no tienen nada que ver conmigo, así que no estamos a la misma altura. —Yo tampoco soy una esposa ejemplar ni una madre modelo. Toda la paciencia que tengo la he dedicado a los gatos y perros... En fin, alguien como yo, que no tiene nada y vive de manera despreocupada, no está hecha para casarse, y mucho menos para enamorarse. —Je. Raúl, al escucharla, se relajó. —¡Yo pensaba que ibas a decir otra cosa! Esas historias de malditas señoritas ricas y esposas ejemplares, Mi tío Javier puede casarse con alguien así solo para cumplir con el protocolo. Conmigo eres totalmente libre; solo quiero a una mujer diferente, alguien como tú. Clara no supo cómo reaccionar ante tanta pasión de su part