Capítulo 55

Frente a su descarada provocación, Javier no estalló de inmediato. Con la cara sombría, se dio la vuelta y dijo con voz apagada: —Raúl, vete primero. Quiero hablar con ella a solas. —¡Tío Javier, si tienes algo que decir, dilo delante de mí! Clara ahora es mi novia, nosotros. —¡Cállate! Al escuchar de su boca la palabra novia, la furia en el corazón de Javier ardió aún más, y lo reprendió con dureza: —¿Ahora quieres enfrentarte conmigo? ¿Eso es? ¡Te dije que te fueras, así que márchate de inmediato! Dicho esto, ni siquiera quiso seguir discutiendo en la sala; con todo su aire gélido, subió las escaleras. Raúl, que sentía aquella explosión de ira como algo completamente absurdo, todavía quería seguirlo para explicarse, pero Clara lo detuvo a tiempo y le dijo en voz baja: —Raúl, ¿por qué no te retiras un momento? Yo me quedo aquí y hablo tranquilamente con el señor Javier, no es nada del otro mundo. —No, no puedo dejarte sola enfrentándote a mi familia. —Raúl pensaba que dejar a Clara li