Capítulo 60

—Haz lo que quieras. —Javier ya no deseaba discutir más con él y lanzó directamente una amenaza tajante—. Si desperdicias tus estudios por andar revolcándote con una mujer, haré que tu padre congele todas tus tarjetas. Quiero ver entonces si, cuando no tengas un centavo, esa perra seguirá mirándote dos veces. Raúl se quedó sin palabras, con los dientes apretados de rabia, casi dispuesto a lanzarse contra él en ese instante. En efecto, con apenas veinticuatro años seguía siendo un estudiante universitario sin graduarse. Aunque disfrutaba de la vida de lujo propia de una familia acaudalada de primer nivel, con todo al alcance de la mano, aún no había alcanzado la independencia económica. Como único nieto de la familia Gómez, poseía acciones a su nombre dentro del Grupo Gómez que le generaban enormes ingresos cada año. Además, el dinero de sus padres estaba a su disposición para despilfarrarlo a placer, siempre cumpliendo cualquier capricho suyo. Por otro lado, Javier también solía transf