Capítulo 1
Después de que la esposa del socio comercial me acusara falsamente de ser la amante.
Un grupo de gente que se autodenominaban "La Alianza para Golpear a la Amante" me había acorralado en mi casa, proclamándose disque justicieros.
—¿Qué pasa? ¿Tienes acaso el coraje para seducir al tipo de otra, pero no pues para admitirlo?
—¿En Serio crees que nadie va a hacerse cargo de ti solo porque ser amante no es ilegal?
Mientras gritaban enloquecidos, también destruían todo a su paso.
Yo los observé con calma y tomé el celular para enviarle un mensaje a mi secretaria.
[¡Cancela la colaboración!]
—Además, las joyas de lujo suman decenas de miles de dólares, los bolsos de marca más de un millón de dólares, y la porcelana antigua cuesta más de tres millones de dólares.
—¡Que rompan lo que quieran, siempre y cuando lo puedan pagar!
Apenas llegué a mi departamento después del arduo trabajo, vi a un grupo de personas con una pancarta dentro del conjunto.
[La Alianza para Golpear a la Amante, ¡especialistas en castigar a la amante descarada!]
Gritaban a todo pulmón mientras transmitían, interactuando con su audiencia y anunciando que ese día iban a buscar a una amante sinvergüenza que vivía ahí, y que pronto mostrarían a todos cómo era esa persona sin pudor.
Observé de reojo a esos streamers tan exagerados y quedé sin palabras.
Se notaba que solo buscaban llamar la atención con la transmisión en vivo.
Hoy en día, por solo conseguir unas cuantas vistas, esta gentuza es capaz de hacer cualquier cosa.
Pero estaba claro que, aunque su comportamiento era bastante ridículo, atraían la atención de muchos.
¡Ya se había reunido una gran multitud de curiosos a su alrededor!
—¿Por qué vinieron preciso a nuestro condominio a buscar a alguien? ¿Será que esa amante es propietaria aquí?
—Tú no sabes, pero en nuestro conjunto hay mucha gente de esa calaña. ¡Esta sociedad necesita personas como ellos!
—¿Quién será? ¡Díganos y luego les ayudamos!
Muchos hablaban a la vez, mientras que los líderes del grupo respondían con evasivas:
—Es en su conjunto, en el edificio tres, en un rato lo sabrán.
Me quedé completamente sorprendida: ¡resultó ser alguien del mismo edificio que yo!
A su lado, había una mujer que no paraba de llorar desconsolada, luciendo sumamente afligida.
Cuando vi su cara, me sorprendí aún más.
Era la esposa de uno de mis socios comerciales, ella se llamaba Nora Rojas.
En ocasiones anteriores, durante negociaciones, habíamos compartido alguna comida, en fin, la había visto una vez.
¡Jamás habría imaginado encontrarme a una conocida en semejante situación!
¡Me quedé estupefacta!
Aquella mujer lloraba desconsolada y al mismo tiempo relataba los supuestos delitos de la amante.
—Esa perra descarada no solo sedujo a mi esposo, ¡sino que además vino a amenazarme a mi casa, obligándome a divorciarme!
—¡Tienen que ayudarme a hacer justicia!
Apenas terminó de hablar, de inmediato la multitud se alborotó aún más, diciéndole que no temiera, que ellos la ayudarían a encargarse de esa maldita amante.
No sabía cómo estaría la situación en la transmisión en vivo, pero por lo que veía ahí, el ambiente estaba bastante agitado.
Regresé a toda prisa mi departamento. Después de darme una ducha, justo había tomado el celular para ver si había novedades en el chat de los residentes, cuando escuché que tocaban a mi puerta.
Apenas abrí, una fuerza descomunal pateó la puerta y la hizo abrir de par en par.
Después, mucha gente irrumpió como bestias en el apartamento.
—¡Miren todos, es esta la sinvergüenza!
—¡Tan joven y no aprendió nada bueno, arruinando hogares ajenos y seduciendo esposos de otras!
Me rodearon entre todos, varias cámaras de celular me apuntaban directo a la cara para transmitir en vivo, y los expectantes espectadores me señalaban, gritándome que era una descarada.
Tardé un buen rato en reaccionar, saliendo poco a poco de mi estado de confusión.
Seguramente se habían equivocado de persona.
Pero ni siquiera me dieron tiempo de explicar cuando una bofetada cayó sobre mi cara.
—¿Qué pasa, tienes coraje para seducir a un hombre pero no para admitirlo? ¡Lo que más detesto en la vida son mujeres como tú, sinvergüenzas!
—¿En serio crees que nadie va a hacerte pagar solo porque ser amante no es ilegal?