Capítulo 52

Silvia estaba en el segundo piso del hotel y, desde la ventana, podía ver cómo los carros llegaban uno tras otro a la entrada. Toda la gente que llegaba era de gran fortuna y prestigio. Por un instante, se desorientó. Después de siete años, había vuelto a ocupar el lugar que le pertenecía. Armando llegó solo. Tras haber invitado a Salvador dos veces y ser rechazado en ambas ocasiones, debía preguntarle en persona cuál era la razón por la que Grupo Brisalia se negaba a colaborar con su Corporación Vértice. —Escuché que esta fiesta es para presentar al futuro heredero de Grupo Brisalia. —Así es, el jefe Salvador lo ha dicho en privado. —Recuerdo que él solo tiene una hija, ¿verdad? —Sí, solo una. ¿Por qué lo preguntas? ¿Es que una hija no puede ser la heredera? —… El otro se quedó callado unos segundos. —No me refería a eso; lo que digo es que nadie había escuchado ni un solo rumor. ¿Por qué, de repente, el jefe Salvador ha decidido ceder el puesto? Armando escuchaba desde un lado, con u